¡Bendigo la vida!
¡Bendigo a Dios!
Porque pude sentir el amor a lo más profundo.
Porque, con los años, aprendí a quererte sin tenerte,
A amarte sin necesitarte.
Comprendí que verte feliz, verte brillar es, hoy, lo más importante para mí.
He decidido aceptar que fui tan solo un rayito de luz que un día te adentró en el alma,
Tan sencillo, pero que te alegró el corazón, te hizo sonreír como un niño.
Y saberlo ya es lo suficiente para ponerme contenta, para seguir adelante
Con la certeza de que he dejado un poco de mi esencia en tu vida, de que te llevo conmigo, atrapado en mi corazón, en mi alma, a donde quiera que yo vaya.
Al partir, me quedo contigo y te llevo conmigo.
(Por Karen Raquel Tanski- 09/10/2011)
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