“¡Fuiste franco!
Sin rodeos, derramaste sobre mí tu verdad sincera. Ésta que te consume, que te
lastima sin tregua y que laceró mi alma, provocó el nublado de mis ojos, el frío de mi
alma, el vacío de mi pecho.
Va a sanar! No lo dudo!
Pero, hoy, traigo enferma el alma.
Hoy, mis ojos nublados no me dejan ver el sol.
Hoy, siento que nunca fue tan frío.
Hoy, Siento el vacío, vivo el desengaño.
Te veo cerca y te siento tan lejos desde el agujero negro que me tragó cuando supe
que eras prohibido para mí…”
(by Karen Raquel Tanski Paraná)
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