"Me lastima el hecho de que involuntariamente y, por tanto, contra toda la razón, en cada día de mi vida, exista un instante destinado a ti.
Sin que conceda, parte de mí vive por ti. Mis lágrimas ni siquiera necesitan de motivos para caer en tu nombre. Ellas simplemente caen.
Me lacero cuando, entre tantos devaneos, viene la razón a decirme que hace mucho tiempo que espero por tu amor que nunca viene, que nunca fue suficiente para concretizarse. Y me odio por eso. Odio saber que por más que vuelva el día a mis intereses, al final de este día, volverás a ocupar tu pedazo de mí. Siento que soy mitad desde el momento en que, por amor, te di parte de mi corazón.”
(por Karen Raquel)
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