Si un día hubo encanto,

¡Me perdí entre tus virtudes!

Si un día hubo felicidad,

¡Mis labios mantuvieron una risa constante!

Si un día hubo sol,

¡Me convertí en calor para calentarte!

Si un día hubo lluvia,

¡Gotas cristalinas corrieron sobre mi rostro!

Si un día la luz prevaleció sobre la oscuridad,

¡Me volví fuerza para continuar!

Si un día hubo el recuerdo

¡Renací de mi propio olvido!

Si un día hubo la certeza del sentimiento recíproco,

¡Adormecí en paz!

Si un día hubo días felices,

¡Fueron los mejores que ya he tenido!

Si un día hubo una mirada sincera,

¡Tu mirada encontró la mía!

Si un día no tuve miedo,

¡Me encontré entre tus brazos!

Si un día hubo frío,

¡Mi cuerpo buscó protección en medio al vacío!

Si un día hubo cariño,

¡Me volví leve y tierna como una pluma!

Si un día hubo complicidad,

¡Mi mano tocó la tuya!

Si un día hubo fidelidad,

¡Te di mi alma!

Si un día hubo soledad,

¡La noche fue tan larga!

Si un día te marchaste para lejos de mí,

¡Rogué al cielo para que cada día que pasara fuera uno a menos para tu regreso!

Si un día hubo el cansancio de la espera,

¡Me marché con la pretensión de no volver más!

Si el invierno llegó sin ti,

¡El impiadoso frío entró por todos los lados!

Si un día me decepcioné

¡Tu cobardía se tornó nítida a mis ojos!

Si un día encontraste una mano amiga que no era la mía,

¡El vacío se adueñó de todo y la locura pasó tan cerca!

Si un día tuve seguridad,

¡Fue la de que te amé tanto cuanto pude!

Si un día me curé de la ceguera,

¡Descubrí que amé sola!

Si, hoy, ando sin mirar hacia atrás,

Es porque ya no formas parte de mi camino, aunque permanezca eternamente en mi corazón.

(Karen Raquel Tanski Paraná)