Como a un tatuaje, en el corazón.
Te olvido, pero te llevo conmigo como al contemplar de la noche bajo estrellas.
Como al rubor de mis labios y a aquella pequeña habitación.
Te olvido, pero te llevo conmigo como a tu olor en mi piel, una mezcla de sudor, yerba y miel.
Como a la herida en mi rodilla y a estas cicatrices de momentos felices.
Te olvido, pero te llevo conmigo como a mis retos de expresarte en versos, de hacerte poesía, luz del día.
Te llevo como a una dulce ilusión y al mal intento de hacerte una canción.”
(Por Karen Raquel)
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